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Especialista advierte bromas sobre suicidio pueden ser gritos de ayuda disfrazados
SANTO DOMINGO, RD/ REDACCION DE SALUD.- En el marco del mes en que se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la doctora Tatiana Falcone, especialista en Psiquiatría Infantil y del Adolescente de Cleveland Clinic, alerta sobre un aspecto muchas veces ignorado: las bromas o comentarios superficiales sobre el suicidio pueden ser señales serias de que alguien está en riesgo y necesita ayuda urgente.
Según la experta, cualquier mención al suicidio, incluso cuando se presenta en tono de broma, no debe ser tomada a la ligera. “Comentarios sobre no querer estar vivo, sentirse una carga o desear desaparecer son señales importantes de que alguien podría necesitar apoyo”, explica la doctora Falcone. En ese sentido enfatizó que estos comentarios suelen ocultar sentimientos profundos de desesperanza, soledad o incluso, deseos reales de hacerse daño.
Entre los signos más comunes que podrían indicar riesgo suicida, la especialista destaca el aislamiento social, cambios abruptos en el comportamiento, patrones de sueño o alimentación, regalar pertenencias personales y expresiones de desesperanza. También menciona conductas autolesivas como cortarse, y despedidas que pueden parecer normales, pero que en realidad son señales de alerta.
El acoso, el abuso y el aislamiento social son factores que aumentan significativamente el riesgo de pensamientos suicidas. Estas situaciones pueden generar sentimientos de inutilidad y desesperación que dificultan que la persona busque ayuda.
La doctora Falcone subraya la importancia de que familiares y amigos estén atentos y actúen con empatía: “Si notas estos signos, acércate sin juzgar y pregunta abiertamente sobre sus sentimientos. Preguntar directamente sobre el suicidio no aumenta el riesgo, sino que abre una puerta para que la persona pueda recibir ayuda”.
En cuanto a la prevención, la especialista señala que promover el diálogo abierto sobre la salud mental, reducir el estigma, garantizar el acceso a atención especializada y fortalecer redes de apoyo son las estrategias más efectivas. Existen además terapias basadas en evidencia, como la Terapia Dialéctica Conductual (DBT) o el modelo CAMS, que han demostrado eficacia para reducir el riesgo suicida.
En situaciones de riesgo inminente, los profesionales de salud mental están preparados para evaluar el peligro, ofrecer apoyo inmediato y, si es necesario, recomendar hospitalización para proteger a la persona.
La experta también destaca el rol crucial que tienen las escuelas, lugares de trabajo y comunidades, que deben crear espacios seguros, capacitar a su personal para identificar señales y fomentar una cultura de apoyo.
Finalmente, la doctora Falcone hace un llamado a toda la sociedad: “Escuchar con empatía, apoyar sin juzgar y educar para eliminar el estigma son pasos fundamentales para construir un entorno más seguro donde nadie tenga que enfrentar su dolor en silencio”.
Si tú o alguien que conoces está pasando por una crisis emocional, no dude en buscar ayuda. Hablar puede salvar vidas.