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Este hábito cotidiano podría estar elevando tu presión arterial sin que lo notes

Este hábito cotidiano podría estar elevando tu presión arterial sin que lo notes

SANTO DOMINGO, RD/ EUROPA PRESS.- La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular en el mundo y afecta a millones de personas, muchas de ellas sin diagnosticar.

Entre los hábitos que influyen en la presión arterial, el consumo de alcohol es uno de los más extendidos y normalizados en la población adulta, pese a su papel en el desarrollo y mantenimiento de la presión alta.

EL ALCOHOL, UN FACTOR CLAVE

El consumo de alcohol, de leve a moderado, se asocia con aumentos de la presión arterial (PA), y dejar de beber, incluso beber menos, puede conducir a reducciones clínicamente significativas de la PA, según un estudio del Instituto de Ciencias de Tokio (Japón).

Tal y como se publica en 'JACC', la revista insignia del Colegio Americano de Cardiología, los hallazgos muestran que pequeños cambios en el consumo de alcohol pueden afectar la PA y pueden ser una estrategia para controlarla y mejorarla.

El consumo de alcohol es un factor bien establecido que contribuye a la presión arterial elevada, un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV). La Guía de Hipertensión Arterial ACC/AHA de 2025 recomienda estrategias no farmacológicas para el manejo de la presión arterial alta, incluyendo la abstinencia o la limitación del consumo de alcohol a una o menos bebidas (12-14 g) al día para las mujeres y dos o menos bebidas al día para los hombres.

¿CUÁL ES EL IMPACTO DE DEJAR DE BEBER SOBRE LA TENSIÓN ARTERIAL?

Sin embargo, el impacto de los cambios en los hábitos de consumo de alcohol, de leves a moderados, en particular el abandono del consumo, en la presión arterial sigue siendo incierto, especialmente entre las mujeres y los diferentes tipos de bebidas.

"Nuestro estudio se propuso determinar si dejar de consumir alcohol se asocia con una mejora en los niveles de presión arterial en bebedores habituales y si el inicio del consumo de alcohol afecta la presión arterial en bebedores no habituales", comenta el doctor Takahiro Suzuki, autor principal del estudio del Hospital Internacional St. Luke y el Instituto de Ciencias de Tokio.

"Nos centramos en grupos poco estudiados, en particular mujeres, bebedores de leves a moderados y consumidores de diferentes tipos de bebidas, para comprender mejor cómo incluso un consumo bajo de alcohol influye en el control de la presión arterial, un problema crítico de salud pública".

En este análisis longitudinal de chequeos anuales en Japón, los investigadores analizaron 359.717 visitas anuales de chequeo médico a 58.943 adultos (52,1% mujeres; edad media de 50,5 años) entre 2012 y 2024. El consumo de alcohol fue autodeclarado y categorizado según la cantidad de bebidas estándar al día. El estudio rastreó los cambios en la presión arterial sistólica y diastólica entre visitas, utilizando un modelo estadístico que tuvo en cuenta factores demográficos, de historial médico y de estilo de vida.

Los participantes del estudio se dividieron en dos cohortes: 1) bebedores habituales en la primera visita y 2) no bebedores en la primera visita. La cohorte 1 se creó para comprender la asociación entre los cambios de presión arterial y el abandono del consumo de alcohol o la continuación del consumo habitual, y la cohorte 2 se creó para comprender la asociación entre los cambios de presión arterial y el inicio del consumo de alcohol o la abstinencia del consumo en la siguiente visita.

Entre los participantes que dejaron de beber, se observó una presión arterial más baja según el nivel de consumo. Las mujeres que dejaron de beber una o dos copas al día experimentaron una disminución de 0,78 mmHg en la presión arterial sistólica y de 1,14 mmHg en la diastólica. Los hombres que dejaron de beber con niveles similares experimentaron reducciones de 1,03 mmHg y 1,62 mmHg, respectivamente. Por el contrario, los participantes que iniciaron el consumo de alcohol mostraron una presión arterial más alta según el nivel de consumo, con tendencias similares entre ambos sexos.

Los análisis específicos de bebidas revelaron que el tipo de alcohol (cerveza, vino o licores) no alteró significativamente los efectos de la PA, lo que sugiere que la cantidad de ingesta de alcohol es el impulsor principal de los cambios de la PA en lugar de los componentes específicos de la bebida.

Nuestro estudio demuestra que, en lo que respecta a la presión arterial, cuanto menos se bebe, mejor. Cuanto más alcohol se bebe, más aumenta la presión arterial. Anteriormente, los científicos creían que beber pequeñas cantidades de alcohol podría ser aceptable, pero nuestros resultados sugieren que, en realidad, no beber alcohol es lo mejor. Esto significa que dejar de beber, incluso en cantidades bajas, podría traer beneficios reales para la salud cardíaca tanto de mujeres como de hombres, asegura Suzuki.

LAS LIMITACIONES DEL ESTUDIO

Las limitaciones del estudio incluyen su diseño observacional, que impide establecer relaciones causales definitivas. Si bien los investigadores ajustaron los resultados teniendo en cuenta numerosos factores de estilo de vida y salud, influencias no medidas, como cambios en los hábitos de consumo de alcohol o la ingesta detallada de sodio y potasio, podrían haber afectado a los resultados.

El consumo de alcohol fue autodeclarado, lo que puede introducir sesgo de memoria, aunque los cuestionarios estandarizados mejoraron la precisión. Además, la población del estudio fue predominantemente japonesa y urbana, lo que podría limitar la generalización a otros grupos.

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