“Todos los desastres naturales causan preocupación en la población desde que están pronosticados a impactar”, declaró el especialista en salud mental.

En una conversación con este medio, el psicólogo explicó que “esta situación puede generar preocupación, ansiedad por lo que vaya a pasar, sobre todo si son comunidades vulnerables donde no hay las previsiones necesarias, la gente se llena de mucha incertidumbre porque no sabe cómo va a resistir el fenómeno atmosférico que se trate”, en este caso el huracán Fiona.

Mercedes detalla que, durante el impacto, esos síntomas de ansiedad se pueden agudizar, pudiendo llegar al punto de excesivos cuando empiezan a contabilizarse daños en carreteras, pérdidas de techos, de ajuares, mucho peor cuando trasciende a vidas humanas que lamentar.

“Mientras estamos en el momento, tenemos activos los mecanismos psicológicos de defensa. Luego del paso, cuando hay pérdidas de pertenencias en la casa, negocio, el vehículo o de algún familiar, eso puede inducir a situaciones de salud emocional, pueden venir algunas secuelas psicológicas”, acotó el también docente universitario.

Recomendaciones

El psicólogo recomienda que las personas se mantengan informadas sobre las actualizaciones del huracán, “pero no sobreinformados, porque hay personas que dan un seguimiento exhaustivo que incrementa la ansiedad.”

Para los que tuvieron la dicha de no estar en zona vulnerable, Mercedes dice que pueden relajarse aprovechando los espacios con una rutina de compartir en familia.

“Al que le gusta jugar dominó, puede jugar en familia. Es sacar tiempo personal para salir del evento atmosférico y sacarle un poquito la atención, manteniéndose informado, siguiendo los boletines en los medios”, sugirió.

El especialista especifica que se traten de “actividades familiares que generen algún grado de bienestar o cosas de su interés que le gusten y que bajen los niveles de estrés”.