La salud mental se erige como uno de los principales retos de la década, también económicos. En 2030, las pérdidas económicas anuales derivadas de este problema de salud se proyectan en seis billones de dólares, según se desprende del informe World mental health report: Transforming mental health for all de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta cifra es superior a lo que los costes conjuntos derivados del cáncer, diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas.

En 2010, las pérdidas asociadas a la salud mental se cifraron en 2,5 billones de dólares, de los que 1,7 billones de dólares se derivaron de las pérdidas de productividad y los 8.000 millones de dólares restantes se debieron a los costes directos de atención.

Además de los costes directos del tratamiento, las condiciones de salud mental motivan una variedad de costes indirectos asociados con la reducción productividad económica, mayores tasas de desempleo y otros impactos económicos.

En 2020, tras el impacto del Covid-19, el coste medio del tratamiento relacionado con la salud mental se situó entre 1.180 dólares y 18.313 dólares, en función de la condición. Este desembolso incluye tanto los costes directos, como la falta de producción y los ingresos perdidos. A escala global, la enfermedad mental que supuso un mayor dispendio económico por persona fue la esquizofrenia.

La depresión y la ansiedad representan el 40% de los trastornos de salud mental diagnosticados

Los trastornos depresivos y de ansiedad fueron mucho menos costosos por cada caso tratado, aunque se diagnosticaron con más frecuencia. Por este motivo, contribuyen en mayor medida al coste general y representan cerca del 40% de los desórdenes diagnosticados.

Poniendo el foco en el segmento juvenil, en 2021, el 19% de las personas de entre 15 años y 24 años declararon sentirse deprimidos y se calcula que más del 13% de los adolescentes de 10 años a 19 años padecen un trastorno mental diagnosticado.

Esto se traduce en el hecho que 86 millones de adolescentes, con edades comprendidas entre 15 años y 19 años, y ochenta millones de adolescentes de entre 10 años y 14 años sufren esta clase de dolencias.