Vapear es inhalar el vapor creado por un cigarrillo electrónico u otro dispositivo para vapear. Estos dispositivos utilizan una resistencia y batería para calentar y vaporizar una solución líquida, llamada líquido de vapeo, eLiquid o eJuice, puede o no contener nicotina, esto a elección del usuario.

En Estados Unidos, los dispositivos de vapeo son ahora la forma más común en que los jóvenes usan la nicotina. Los estudios muestran que más del 30 % de los adolescentes que vapean tienen más probabilidades de empezar a fumar cigarrillos que los adolescentes que no vapean. Además, el vapeo es dos veces más común en los varones que en las mujeres, en adolescentes puede causar adicción y afectar el desarrollo del cerebro.

Una sola sesión de 30 minutos de vapeo puede aumentar significativamente el estrés oxidativo celular, que se produce cuando el cuerpo tiene un desequilibrio entre los radicales libres (moléculas que pueden causar daño a las células) y los antioxidantes, que combaten los radicales libres, según los resultados de un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos).

Vapear aumenta el riesgo de inflamación del sistema respiratorio, lo que genera tos e irritación. En personas sensibles, como los asmáticos, podría empeorar su situación. Las personas que vapean pueden tener un mayor riesgo de complicaciones del COVID-19 porque la enfermedad afecta a los pulmones. (NIDA, 2020).

Los vapeadores necesitan estar motivados y dispuestos a cambiar para dejar ese hábito. Si desea ayudar a su hijo: Infórmese lo más que pueda sobre este tipo de adicción.

Conversen de forma natural, haga preguntas sin dar sermones. Cuestione lo que sabe sobre su uso, si es presionado por sus amigos a usarlo, si es influenciado por las redes sociales.

Explique a su hijo o hija sobre los efectos adversos del vapeo. Que los entienda.

Ponga reglas claras en su casa y haga que se cumplan. Si es muy permisivo, puede flaquear con sus planes. Sea usted ejemplo.

Conozca los amigos de sus hijos y sus respectivas familias. Supervise sus actividades.

La autora es Psicóloga clínica