La feria estuvo dedicada al escritor Tulio Cestero Leiva, autor de la novela ¨La Sangre¨, oriundo de la ciudad. Al llegar al parque, sentí una gran nostalgia pues en sus áreas verdes jugué pelota, jugué al ¨topao¨, al pañuelo, a la mangulina, etc. El parque era colindante con el patio de la muy querida tía Cucú, mi madrina Rosa Cruz Gómez de Gastaut, donde íbamos con gran frecuencia en nuestra muy feliz infancia.

Durante mi disertación, nos referimos a varios aspectos del cerebro que tienen que ver con el aprendizaje y la cognición. El término cognitivo, aplica a todo lo relativo del conocimiento. En el cerebro están depositadas de forma inseparables nuestras sapiencias e inteligencias.

Para ponerlo más simple, el cerebro tiene esos dos instrumentos, uno que nos permite obtener los conocimientos y el otro la capacidad de resolver problemas. Es decir que nuestro cerebro sigue estrategias y procesos cognitivos usando las herramientas e instrumentos que posee el sistema nervioso, que es una muy sabia masa neuronal que responde a estímulos y motivaciones.

El cerebro tiene dos hemisferios, el izquierdo y el derecho, están conectados entre sí y ambos son de la misma importancia, pero uno está especializado en procesamientos de unas tareas cognitivas y el otro en otras. El izquierdo tiene como especialidad el lenguaje. Y en él se encuentran el ¨¨centro de Broca ¨(expresivo motor) y el ¨¨centro de Wernicke¨¨ (compresivo, auditivo). 

El hemisferio derecho se aplica al manejo de los datos visuales del espacio. El cerebro izquierdo es hablador, calculador, digital, lógico, sedentario, maneja el concepto de ‘derecha izquierda’, es el ¨yo consciente¨. El cerebro derecho es constructor geométrico, analógico, fantasioso, viajero, maneja el espacio, tiene la noción del propio cuerpo y de sus partes, es ¨el inconsciente¨.

Hoy ante las evidencias científicas, sabemos que no existe la dominancia del cerebro derecho sobre el izquierdo o viceversa, estos conceptos pretéritos fueron elaborados por investigadores con fuerza en los años del 1960, evaluando persona que habían tenido daño de uno u otro hemisferio. 

La acción de nuestros cerebros no se divide en dos. Cada uno de los hemisferios realiza sus funciones de acuerdo a las demandas. Por ejemplo nuestra habilidad de expresarnos y entender el lenguaje está en el hemisferio izquierdo, pero otros aspectos del lenguaje procesado, como son: la entonación, el ritmo y la armonía de las palabras ocurren en el hemisferio derecho, es decir que nuestros dos hemisferios deben trabajar al unísono, ambos se complementan.

Me cito a mí a mismo, al señalar que: ¨El conocimiento de cómo aprende el cerebro tendrá un gran impacto en la educación, será el futuro, que permitirá combinar sabiamente la indetenible tecnología con nuestras capacidades cerebrales. Comprender los mecanismos intelectuales que subyacen en el aprendizaje, podría trasformar las estrategias educativas y permitirnos idear programas que optimizaran el aprendizaje, algo tan necesario en nuestro país. 

Hoy al conocer el funcionamiento del cerebro, podemos sacar grandes ventajas en el complejo y continuo proceso de enseñar y aprender. 

La neuroeducación, como la innovación es un nuevo campo abierto de esperanzas. Persigue varios puntos, el primero: conocer las herramientas para promover que las neurociencias ayuden a la educación en todos los niveles, segundo: aportar herramientas para detectar los problemas neurológicos y psicológicos que entorpecen el aprendize bien temprano.

Tercero: auxiliar con las herramientas que sirvan para formar mejores ciudadanos y más críticos, con aumentados valores morales y éticos, y la cuarta herramienta: aprender que una cosa es conocer y lo otro es saber enseñar, que no es cosa simple¨.