Sin embargo, cuesta imaginar que una operación tan trivial pueda ser perjudicial para nuestra higiene bucal. De hecho, hay muchos errores al acecho que pueden hacer proliferar las bacterias. Conozcámoslos... ¡y evitémoslos!

7 errores que cometemos al guardar el cepillo de dientes

1.Deja restos de comida y pasta de dientes: ¡es un error no aclararlo bien! Asegúrate siempre de que está perfectamente limpio antes de guardarlo.

2. Colócalo en posición vertical: de esta forma el agua escurrirá hacia abajo, permitiendo que el cepillo se seque más rápidamente.

3. Guardarlo en un armario o cajón: es un error porque ralentiza el secado (las bacterias se vuelven locas si permanece húmedo).

4. Guárdalo en un vaso con los demás: el contacto estrecho con otros cepillos de dientes facilita el intercambio de bacterias, sobre todo si hay alguien en casa que ya está enfermo... ¡El primer paso hacia una pandemia familiar!

5. Guárdarlo demasiado cerca del fregadero: las salpicaduras de jabón o detergente siempre están al acecho.

6. Guárdalo después de un resfriado o una infección: ¿estás enfermo, has contraído un virus? Tíralo

7. Conservarlo demasiado tiempo: el clásico plazo de tres meses es siempre fiable. Más o menos ese es el tiempo tras el cual las cerdas se dañan irremediablemente y ya no es posible limpiarla bien, así que... ¡cámbia!