Desde tiempos inmemoriales, los actores han tenido la capacidad de transmitirnos emociones, transportarnos a diferentes épocas y lugares e incluso algunos desempeñan tan bien su papel, que se han ganado el amor y odio de sus seguidores.

Ese mundo de dramatización, luces, colores y emociones, me traen bellos recuerdos como miembro del Grupo de Teatro de la PUCMM en el cual bajo la dirección de Lincoln López realizamos muchísimas presentaciones en gira por todo el país, incluyendo el Teatro Nacional.

¿Por qué celebramos el día del actor? La celebración tiene un origen tan curioso como trágico. El 26 de agosto se eligió en memoria de San Ginés, un actor romano del siglo III, considerado un mártir.

Cuenta la leyenda que mientras Ginés representaba una comedia ante el emperador Diocleciano, se le ocurrió parodiar el acto del bautismo que había visto días antes, pero se produjo un milagro y al recibir el agua, se convirtió al cristianismo.

Luego, exhortó a los presentes a recibir el sacramento y se produjo en el Emperador el mismo acto de fe. Sin embargo muchos de los políticos presentes no le creyeron y consideraron que todo el acto fue una blasfemia.

Ginés, fue torturado y decapitado por el Prefecto del pretorio Plauciano romano en el año 286. Se convirtió en el santo teatral, porque encontró a Dios en pleno ejercicio de su profesión y por defenderla encontró el martirio y la muerte.

Por eso esta fecha que recuerda a este actor, honra también a todos los actores y actrices del presente y del pasado, en una noble ocupación que permite generar emociones y sensaciones a través de personajes y de historias.

"Los actores rescatan el pasado, dando vida a hombres y mujeres célebres de la historia, se adelantan a la época en la que viven y nos muestran los problemas de la vida cotidiana a través de personajes comunes que nos proporcionan gratos momentos, emocionándonos o haciéndonos reír", recoge 'Actores.org'.

San Ginés es representado con una máscara que es el símbolo del teatro y un instrumento de cuerdas. Una máscara, que alude a la realidad y la ficción.

La palabra teatro viene del griego theaomai, ver o mirar. El teatro se define como el conjunto de todas las producciones dramáticas de un pueblo, de una época o de un autor.

El teatro griego el más relevante del siglo XVII, fuente de inspiración para grandes artistas. Israel no produjo dramas, y por tanto no tuvo teatros.

Los textos de la Biblia atesoran un rico potencial de teatralidad. Así, el libro de Job contribuyó al desarrollo de la concepción del Theatrum Mundi.

Una fórmula de exorcismo originaria de la Biblia aparece en Hamlet, Macbeth y en obras de tema fáustico (deseos de la carne). Sorprendentemente en Don Quijote y en otras muchas obras tambien el Maligno se presenta en escena.

La Salomé de Oscar Wilde se inspira en el Cantar de los Cantares y las profecías apocalípticas. La ritualidad y la sacralidad son comunes a la Biblia y al teatro en la búsqueda de representación de lo invisible a través de lo visible.